Sin categoríaCambios en la oficina. El viejo escritorio

Formo parte de un estudio jurídico, del cual soy la tercera generación. Hace poco concluyendo los arreglos de la oficina que fuera del fundador, la cual será ocupada ahora por mi parte. Bueno es apuntar que la misma, hasta ahora, fue utilizada por el hijo del fundador.

Como puede verse, esta oficina de nuestro estudio jurídico está en el proceso del tránsito de la segunda a la tercera generación. El hecho, en sí, parecería no tener mucha importancia, pero cuando veo cómo va quedando la oficina me doy cuenta de algunos detalles muy importantes.

No hemos realizado grandes cambios. La mayor parte de los muebles continúan y se han incorporado unos pocos. Hemos cambiado la ubicación de algunos, pero la esencia continúa.

Mención especial merece un antiguo y hermoso escritorio que perteneciera al padre del fundador, que no se solo se mantiene, sino que ocupa ahora un lugar privilegiado en la oficina, en señal de su importancia.

Igualmente, quien hasta ahora utilizaba la oficina lo podrá seguir haciendo ya que, si bien el mismo no está en el día a día de las actividades del Estudio suele concurrir al mismo y podrá seguir utilizando la oficina conmigo.

Si hacemos una comparación, con la empresa familiar, mucho de lo que ocurre con los cambios en esta oficina son los que se dan en la misma.En efecto, en el tránsito de una generación a otra no es necesario realizar grandes cambios, sino los necesarios para revitalizar la empresa, darle el toque de aire fresco y revitalizar la misma. Pero muchas cosas, como el viejo escritorio, deben permanecer presentes ya que constituyen la esencia misma de la empresa.

Muchas veces, colaborando con las empresas familiares, nos damos cuenta de las dificultades que se generan como consecuencia del paso de una generación a otra, las que fundamentalmente tienen su origen en que el fundador se tiene que retirar. Ahora bien, nos preguntamos: ¿el fundador se debe retirar necesariamente?

A lo largo de cuarenta o cincuenta años de trabajo el fundador genera una experiencia que no tiene sentido que sea desechada, por lo que soy del criterio que no necesariamente el mismo debe retirarse de la empresa. Ahora bien, lo que si debe hacer es cambiar de posición, retirarse de la gestión y aportar desde la dirección o desde otro lugar, fundamentalmente a través de la estrategia.

Volviendo al ejemplo, el fundador podrá seguir viniendo cuando lo desee a la empresa y su oficina estará siempre disponible. Ahora la misma ya estará ocupada por la siguiente generación, pero siempre habrá un lugar para él.

Una de las mayores riquezas que tiene la empresa familiar es la de dos o más generaciones que conviven en ella por lo que esto no debe ser desaprovechado sino todo lo contrario, debe ser explotado al máximo, pero entendiendo que las generaciones salientes deben ceder los espacios a las entrantes, quienes deben asumir las responsabilidades y coexistir armónicamente.

Marcelo Codas Frontanilla
marcelo@estudiocodas.com
Twitter: @CodasMarcelo

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