En las empresas, en general, es cada vez más habitual hacer, anualmente, una jornada de planificación del año siguiente. A nuestro criterio, resulta importante pensar en un encuentro de este tipo en la familia, jornada de creativa planificación a la que nos permitimos denominar “Retiro de la familia”. Él debería articularse desde la convicción de que resulta perentorio hacer un alto en el ajetreo que nos impone el mundo actual, invadido por avances tecnológicos que no dejan de actualizarse a cada momento, y nos obligan a ocuparnos siempre de lo urgente, postergando lo importante.
Se trata de organizar, con la familia, un encuentro, que bien podría consistir en una jornada de tiempo completo, en un lugar especialmente preparado, distinto al del habitual “de trabajo”, y con la asistencia de profesionales que faciliten la experiencia. Todo debe apuntar a que nos tomemos un día para compartir en familia, sin celulares o con uso restringido de ellos, dedicando toda nuestra atención a la tarea asignada, que no debe ser otra que realizar una evaluación de lo actuado y planificar el futuro, específicamente en cuanto concierne a la relación de la familia con la empresa.
Desconectarse un día de la actividad cotidiana y perseguir una necesaria e intensa conexión de la familia con la empresa, será de inestimable ayuda para el intercambio de ideas en un ambiente distendido, sobre temas que generalmente no se hablan porque están subsumidos en quehaceres cotidianos, siempre demandantes. O hablar con libertad de cuestiones que por su naturaleza tememos abordar para evitar rispideces o -dicho más coloquialmente-, argelerías. Es saludable, en este sentido, no procrastinar el abordaje de algunos temas con el humano y sencillo expediente de hablarlos, evitando generar situaciones que podrían eludirse…
Así, este “Retiro de la familia” deberá contemplar aspectos familiares y empresariales, poniendo énfasis en temas en los cuales ambos se unen. Esos son aspectos que habitualmente se prestan a generar inconvenientes en el relacionamiento entre los miembros de la familia.
De este “Retiro” deben participar todos los miembros de la familia, trabajen o no en la empresa y también de los familiares políticos, así así se considera conveniente. Lo verdaderamente significativo y rico de la experiencia devendrá del hecho de que los integrantes de Familia y Empresa podrán realizar importantes aportes, pues los unos opinarán con su visión desde “dentro de la caja” y los otros, desde fuera de ella. Ambas visiones se podrán compartir y complementar, como camino a un enriquecimiento humano y profesional.
Finalmente, es necesario señalar que el “Retiro” debe organizarse con anticipación razonable, y tener una agenda clara y cumplible. Cada uno de los participantes debe acudir con la intención de aportar sus ideas de suerte a que todos se lleven algo positivo de la reunión, posibilitando que la práctica se institucionalice y se vuelva necesaria.
La periódica organización de los “Retiros de la familia” permitirá la conjunción de ambos componentes de la empresa familiar, y ello no puede dejar de ser, por decir lo menos, más que saludable.
Marcelo Codas Frontanilla
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